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Valentino Libaak, el héroe del mundial

  • Foto del escritor: Rematalabola
    Rematalabola
  • 7 nov 2024
  • 3 Min. de lectura

Valentino Libaak, el joven prodigio argentino, acaba de vivir uno de los momentos más emocionantes y significativos de su carrera.



Foto: Fip
Tino Libaak


Con tan solo 19 años, el jugador de Villa Mercedes fue clave en la conquista del duodécimo título mundial de pádel para Argentina, tras imponerse a España en una intensa final en Doha. Junto a su compañero Leo Augsburger, de 20 años, Libaak se convirtió en el sostén de la selección albiceleste en el tercer y decisivo punto del campeonato, ganándose no solo la ovación del público, sino también la atención de la élite mundial de este deporte.


Tras su histórico triunfo, Libaak habló con MARCA sobre lo que significó esta hazaña y lo que le depara su carrera. "Todavía creo que no soy consciente de todo lo que he vivido. Estoy muy, muy feliz de lo que logramos con el equipo y trato de disfrutarlo al máximo", comentó con emoción. A pesar de haber sido bombardeado por mensajes y felicitaciones, el joven jugador trata de responder a cada uno, especialmente a sus seres queridos, aunque reconoce que aún le cuesta asimilar la magnitud de lo logrado.


El partido tuvo momentos de gran tensión, especialmente cuando su compañero Augsburger sufrió un calambre en un momento decisivo, justo cuando estaban cerca de la victoria. Libaak, con una sorprendente calma y determinación, supo motivar a su compañero y recordar el objetivo que compartían: "Le dije a Leo que no había otra opción, que debíamos jugar con el corazón. No importaba si estábamos cansados, íbamos a darlo todo hasta la última bola”.



Foto: Fip
Tino Libaak y Leo Augsburger


Esta conexión y compromiso con su equipo fueron esenciales para el triunfo argentino. Desde el principio de la final, Libaak y Augsburger sabían que, en caso de llegar al tercer punto, ambos lo darían todo para ganarlo. "Fue una experiencia única; cuando nos anunciaron como equipo para la final ya sentíamos que este sería un momento inolvidable", cuenta Valentino, quien también atribuye gran parte del éxito a la atmósfera de unidad y confianza que mantuvieron todos los miembros de la selección argentina a lo largo de la competencia.


Para Libaak, jugar junto a un referente como Augsburger hizo de esta victoria algo aún más especial. Pero uno de los momentos más emotivos fue, sin duda, el abrazo que compartió con Sanyo Gutiérrez, otro gran referente del pádel y su ídolo de infancia. “Sanyo ha sido mi ídolo desde que era niño; lo veía cada verano y siempre trataba de fijarme en él. Poder compartir la selección con él fue increíble y esa imagen de nosotros dos celebrando el título es algo que llevaré conmigo toda la vida”, explica Libaak. "Esa foto va a ser difícil de superar en mi carrera".



Foto: Fip
Libaak celebrando el mundial


A pesar de la satisfacción por el título mundial, Libaak no se duerme en los laureles. Muy pronto, debutará en Dubái al lado de otra leyenda del pádel: Fernando Belasteguín, quien le propuso formar equipo para lo que serán los últimos meses de su carrera. Para Valentino, la oportunidad de jugar con el histórico ex número uno mundial es un privilegio inesperado. "Jugar con Bela es algo que ni siquiera soñé", confiesa. Aunque se han planteado algunos objetivos en conjunto, Libaak explica que su prioridad será “disfrutar al máximo de la experiencia, pelear cada partido y aprender de una figura como Bela, quien también se ha convertido en un gran amigo”.


La meteórica carrera de Libaak está llena de grandes aspiraciones, y su deseo de representar a su país en numerosas ocasiones más es solo una de ellas. Tras este año de éxitos, Valentino sueña también con algún día llegar a la cima del ranking mundial y ocupar el puesto de número uno, una meta que reconoce como "algo que, si le preguntas a la mayoría de jugadores, te dirían que también desean". Sin embargo, Libaak se muestra humilde y enfocado en mejorar cada día y, sobre todo, en disfrutar de un camino que recién comienza para él en el pádel profesional.



Foto: Fip
Tino Libaak


Nacido en Villa Mercedes y proveniente de una familia dedicada al pádel, Libaak descubrió su amor por este deporte desde niño, cuando pasó incontables horas en el club que regentaban sus padres. "Mi vida en Argentina era ese club; prácticamente mi primera casa, yo a la de verdad solo iba a dormir", recuerda con cariño. Desde entonces, se ha fijado en figuras como Sanyo Gutiérrez y Fernando Belasteguín, y en amigos como Agustín Tapia, con quienes espera seguir compartiendo el crecimiento en el circuito profesional.


Con una energía inagotable y una mentalidad de hierro, Valentino Libaak se perfila como uno de los jugadores más prometedores del pádel mundial, además de su presente. Tras su estelar debut en el Mundial y su próxima etapa junto a Belasteguín, el joven argentino mira hacia el futuro con ambición y pasión, consciente de que el camino hacia la cima acaba de empezar.

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